El reciente apagón que dejó sin suministro a millones de personas en España y Portugal ha puesto de manifiesto una realidad poco conocida: la península ibérica es una «isla energética». Aunque no están aislados geográficamente, sus sistemas eléctricos están poco conectados con el resto de Europa. Esta situación tiene ventajas, pero también plantea riesgos importantes.
¿Qué significa ser una «isla energética»?
España y Portugal comparten un sistema eléctrico integrado conocido como el Mercado Ibérico de Electricidad (MIBEL). Sin embargo, su capacidad de importar y exportar electricidad hacia otros países es muy limitada. Con una tasa de interconexión de solo el 2%, muy por debajo del 15% recomendado por la Unión Europea para 2030, estos países dependen en gran medida de sus propios recursos energéticos.
Ventajas de ser una isla energética
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Independencia energética: En situaciones de crisis, como el conflicto en Ucrania que disparó los precios del gas, la península ibérica ha podido limitar el impacto de las fluctuaciones de precio gracias al «mecanismo ibérico» que limita el coste del gas utilizado para generar electricidad.
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Modelo más autosuficiente: España y Portugal han desarrollado un sistema energético variado y robusto, con gran presencia de energías renovables como la solar, la eólica y la hidráulica, que en ciertos momentos han llegado a cubrir el 75% del consumo eléctrico.
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Optimización del mercado eléctrico: La energía circula libremente entre ambos países, y el Mercado Ibérico de Electricidad (MIBEL) permite a productores y comercializadores portugueses y españoles comprar y vender electricidad a precios competitivos.
Desventajas y riesgos
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Falta de respaldo externo: Durante el reciente apagón, la desconexión automática de las interconexiones con Francia dejó a España y Portugal sin apoyo externo, obligándolos a restablecer el suministro por sus propios medios.
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Vulnerabilidad a las renovables intermitentes: Aunque las energías renovables son abundantes, su producción depende del clima. Esto hace necesario contar con tecnologías de almacenamiento y sistemas flexibles para gestionar picos y caídas repentinas en la generación.
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Dificultades para mejorar la interconexión: Los proyectos para aumentar las conexiones eléctricas con Europa, especialmente a través de Francia, han enfrentado múltiples obstáculos, desde barreras geográficas como los Pirineos hasta intereses económicos y políticos.
Soluciones para mejorar la seguridad energética
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Inversión en almacenamiento energético: Sistemas de baterías y redes inteligentes permitirían gestionar mejor la energía renovable sobrante, mejorando la estabilidad del sistema.
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Nuevas interconexiones: Proyectos como el cable submarino del Golfo de Vizcaya o los enlaces a través de los Pirineos son esenciales para que la península ibérica deje de ser una isla energética.
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Fortalecimiento del MIBEL: Mejorar la cooperación entre España y Portugal permitirá optimizar el uso de recursos energéticos y garantizar precios más estables para los consumidores.
Isla Energética: ¿bueno o malo?
Ser una «isla energética» tiene sus ventajas, pero también deja a España y Portugal expuestos a riesgos importantes como el apagón que sufrió hace unos días. Para garantizar la seguridad del suministro y avanzar en la transición energética, es fundamental que ambos países inviertan en nuevas tecnologías de almacenamiento, mejoren su capacidad de interconexión y sigan apostando por un sistema energético limpio y flexible.
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