La red eléctrica española es reconocida internacionalmente por su eficiencia, seguridad y digitalización. Sin embargo, está experimentando un cuello de botella sin precedentes. En los últimos tres años, se han solicitado 75 GW de nueva capacidad, casi la mitad de los 170 GW de potencia contratada en el país. Este fenómeno se ha visto impulsado por el bajo precio de la electricidad y la posición geográfica estratégica de España como un punto clave para proyectos industriales net-zero, centros de datos, baterías y producción de hidrógeno renovable.
Avalancha de solicitudes y datos alarmantes
Desde 2022, las solicitudes de acceso a la red han crecido exponencialmente. Solo en este año, se han solicitado más de 30 GW, acumulando un total de 75 GW en tres años. Sin embargo, según fuentes del sector, muchas de estas solicitudes son duplicadas, ya que un mismo proyecto puede presentar peticiones en varios puntos de acceso para aumentar sus posibilidades de conexión. Esto genera una distorsión significativa en la capacidad de planificación y gestión de las eléctricas.
Un análisis más realista estima que solo el 25-30% de estas solicitudes representan proyectos viables, lo que se traduce en unos 15.000-18.000 MW. Además, muchos proyectos con capacidad concedida no avanzan en su desarrollo, «secuestrando» espacio en la red durante cinco años.
Cambios regulatorios y nuevos desafíos
Desde diciembre de 2023, los solicitantes deben pagar garantías por MW concedido para evitar bloqueos innecesarios. A pesar de esta medida, las solicitudes no han disminuido significativamente en 2024. Este problema afecta tanto a los desarrolladores de generación como a los consumidores industriales que buscan conectarse a la red.
Las eléctricas, junto con el Ministerio para la Transición Ecológica, la CNMC y Red Eléctrica, trabajan en soluciones para abordar la duplicidad de peticiones y agilizar la tramitación. Se evalúan propuestas como aumentar las garantías y limitar el número de solicitudes por proyecto.
Un reto clave para la red eléctrica española
Resolver estos problemas es crucial para el desarrollo industrial y económico del país. La gestión eficiente de la red eléctrica permitirá a España consolidarse como un referente en la transición energética y atraer inversiones estratégicas. Las medidas que se adopten en los próximos meses serán determinantes para garantizar el equilibrio entre el crecimiento de la demanda y la sostenibilidad del sistema eléctrico.
La prioridad es clara: desatascar la red y asegurar que los proyectos viables encuentren un camino rápido y efectivo hacia la conexión.
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