España se encuentra en un punto crucial en su transición energética, enfrentando el desafío de alinear su creciente capacidad de generación renovable con la demanda industrial, un paso esencial para garantizar competitividad y sostenibilidad en un mercado global cada vez más exigente. Este tema fue el eje del debate en el I Foro Industrial organizado por El Periódico de la Energía, donde expertos del sector discutieron estrategias clave para superar barreras regulatorias, tecnológicas e infraestructurales.
Una oportunidad para liderar la descarbonización industrial
Blanca Losada, presidenta de Fortia Energía, destacó que la transición energética representa una oportunidad histórica para redefinir el modelo industrial español. Sin embargo, factores como los altos precios de la energía y una infraestructura insuficiente limitan el atractivo del país para nuevas inversiones industriales. «El acceso a energía barata y sostenible es clave para una industria competitiva, pero necesitamos actualizar un modelo energético que ya no responde a las necesidades actuales», afirmó Losada.
Con más del 70% de generación descarbonizada, España lidera en capacidad renovable, pero esta ventaja podría perderse sin las inversiones adecuadas en redes eléctricas y almacenamiento, según Raúl Rodríguez, de Engie. «La desconexión entre oferta y demanda crea ineficiencias que debemos resolver para atraer industrias clave como centros de datos y proyectos de hidrógeno verde», explicó.
Infraestructura: el cuello de botella crítico
El acceso y la disponibilidad de infraestructuras eléctricas se destacan como uno de los mayores obstáculos. Según Patxi Calleja, director de Regulación de Iberdrola España, España invierte menos en redes eléctricas que otros países europeos, como Francia o Italia. Esto crea un «cuello de botella» que frena la electrificación de sectores estratégicos. «Debemos priorizar las inversiones en redes de transporte y distribución como un asunto de interés nacional», afirmó Calleja.
Además, la alta fiscalidad sobre la electricidad en comparación con el gas distorsiona los costes energéticos, dificultando la competitividad industrial. Calleja propuso un enfoque segmentado para diseñar políticas específicas que aprovechen los fondos europeos y promuevan una electrificación eficiente.
Planificación y coordinación: claves para el futuro
Luis Velasco, de Red Eléctrica, subrayó la necesidad de una planificación estratégica a largo plazo. Con más de 120 GW de capacidad renovable en desarrollo, el sistema debe adaptarse para integrar eficientemente esta nueva energía. Velasco abogó por una mayor coordinación entre administraciones, empresas y sectores industriales para garantizar una transición ordenada.
La administración pública también tiene un papel crucial en la promoción de productos y servicios verdes, priorizando proyectos estratégicos que impulsen la competitividad industrial y la sostenibilidad.
El tiempo apremia
Los expertos coincidieron en que España debe actuar con rapidez para no perder la oportunidad de liderar la transición energética en Europa. Las decisiones que se tomen en los próximos años serán determinantes para definir el papel del país en el nuevo mapa industrial global. Una estrategia integral que conecte oferta y demanda es el único camino para garantizar un futuro competitivo y sostenible.
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