La factura de la luz sigue siendo, para muchos consumidores, un documento difícil de descifrar. Más allá del importe final, su estructura incluye múltiples conceptos técnicos y económicos que pueden marcar la diferencia entre pagar lo justo o abonar más de lo necesario. En esta guía, Guía De Ahorro (GDA) desglosa los principales apartados de una factura eléctrica para ayudar al ciudadano a comprender qué está pagando exactamente y detectar oportunidades de ahorro.
1. Datos identificativos: titular, punto de suministro y comercializadora
Toda factura comienza con la información básica del contrato:
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Titular y dirección del suministro: es importante distinguir entre el domicilio fiscal y el lugar donde se presta el servicio. 
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CUPS (Código Universal de Punto de Suministro): identifica de forma única cada instalación. 
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Nombre de la comercializadora y la distribuidora: la primera factura y vende la energía; la segunda gestiona la red y es asignada por zona geográfica.  
2. Potencia contratada: el coste fijo que puede ajustarse
La potencia eléctrica contratada, bajo el concepto «término fijo» y expresada en kilovatios (kW), determina el máximo de electricidad que se puede consumir simultáneamente. Su coste es fijo y aparece prorrateado por días en la factura.
Una potencia sobredimensionada implica un gasto innecesario. La normativa actual permite contratar diferentes potencias por tramos horarios, lo que ofrece nuevas oportunidades de optimización.
3. Energía consumida: el coste variable por uso
Este apartado refleja el consumo real de electricidad durante el periodo facturado, medido en kilovatios hora (kWh). El precio del kWh puede ser único o dividido en tres tramos (punta, llano y valle), según el tipo de tarifa contratada.
En el caso del mercado regulado (PVPC), el precio del kWh varía por horas, mientras que en el mercado libre suele fijarse mediante una oferta pactada.
4. Alquiler de equipos: un coste pequeño, pero constante
Si el consumidor no es propietario del contador, abonará una cantidad fija mensual en concepto de alquiler del equipo de medida. Este coste suele oscilar entre 0,80 € y 1,20 € al mes.
5. Cargos regulados e impuestos: los costes sistémicos
La factura eléctrica incluye también conceptos regulados por el Gobierno:
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Peajes de acceso: retribuyen el uso de la red eléctrica. 
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Cargos: cubren otros costes del sistema como las renovables o el déficit tarifario. 
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Impuesto eléctrico: normalmente del 5,113 %, aunque puede estar temporalmente reducido. 
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IVA o IGIC: depende del territorio y puede variar por decisión gubernamental (ha llegado a situarse en el 5 % para consumidores vulnerables). 
6. Información adicional: consumo histórico y comparativas
Muchas comercializadoras incluyen gráficos con la evolución del consumo mensual, comparativas con el año anterior y el origen de la energía suministrada (renovable, fósil, nuclear). También puede indicarse si el contrato pertenece al mercado libre o regulado.
Entender para ahorrar
Comprender en detalle la factura de la luz permite no solo verificar que los importes sean correctos, sino también tomar decisiones más informadas: ajustar la potencia contratada, cambiar de tarifa, modificar hábitos de consumo o incluso considerar opciones como el autoconsumo.
Desde Guía De Ahorro, recordamos que una revisión periódica de la factura es fundamental para evitar sobrecostes y avanzar hacia un consumo energético más eficiente y responsable.
 
				 
											 
				

